Scarabino, instalado en el sillón de mando, reacomoda el Senado

lunes, 9 de agosto de 2010

Con una Legislatura casi paralizada tras el receso invernal y con un paquete de medidas de seguridad ingresadas desde el Ejecutivo bonaerense, el Senado inicia una nueva etapa con Federico Scarabino, ya consolidado en la presidencia del cuerpo en reemplazo del vicegobernador Alberto Balestrini, quien permanece internado desde que sufriera un ACV hace cuatro meses. Así lo informó Diagonales.

El Senado tuvo varias modificaciones desde la salida obligada de Balestrini. Scarabino puso gente de su confianza en áreas sensibles para la presidencia de la Cámara como el ex cuñado de Felipe Solá, José María "Toco" González Fernández, en la Dirección General Administrativa, desde donde se maneja una caja de más de 300 millones de pesos.

Fernández cumplía funciones como asesor de Scarabino y su ascenso como DGA de la Cámara se conoció el mismo día en que Solá visitó el Senado y se reunió con el nuevo titular de la Cámara alta.
Este cambio no cayó bien en la Casa Rosada y generó dudas internas por dos motivos: Fernández es un hombre cercano a Solá y Scarabino tiene fuertes lazos con el gobernador Daniel Scioli y con toda la estructura del PJ bonaerense.

Scarabino es el encargado de redactar las leyes más importantes a Scioli y es fundamental para el gobierno provincial; sin ir más lejos, el ex intendente de Quilmes ya recuperó a un senador que en diciembre de 2009 había pasado a filas del radicalismo. Se trata de Carlos Ferreyra, quien en 2007 integró la lista del FpV. Pero Ferreyra volvió y sumó un voto al oficialismo que continua siendo primera minoría con 20 legisladores, mientras que el GEN cuenta con 7, la UCR con 6, Unión con Pro con 6, la Coalición Cívica con 5 y completan el recinto los monobloques: Peronismo Federal y Unión Celeste y Blanco.

Internas. En el bloque del FpV las cosas parecen seguir tranquilas, aunque algunos han ido a golpearle la puerta del despacho de Scarabino para reclamar ciertas cosas que con Balestrini no tenían cabida. Sin embargo, el quilmeño sabe manejar las relaciones y todavía no se han conocidos sobresaltos.

Una característica que sobresale de la nueva gestión es la buena relación con el resto de las facciones que componen el recinto. El tratamiento de los proyectos de seguridad, no obstante, será un examen donde demostrará no sólo su trabajo interno con el oficialismo, sino su relación con el resto de los bloques. Scarabino se mueve sigiloso, sin grandes sacudones, lo que genera un clima propicio, mientras se reacomodan las fichas y mientras dure la recuperación del vicegobernador Alberto Balestrini.


Fuente: Diagonales

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