Cobacho desmintió su renuncia al cargo y minimizó denuncias

La cuestionada secretaría de Derechos Humanos bonaerense, Sara Derotier de Cobacho, minimizó los incidentes del pasado viernes en los que empleados de esa área denunciaron insultos y golpes por parte de ‘patovicas’ que ingresaron al edificio, y atribuyó las denuncias en su contra a represalias de empleados a quienes “se les cerraron los ‘kioscos’ en la Secretaría”. También defendió a su nieto, el subsecretario de DDHH, Fernando Cano.

“Tengo la conciencia tranquila, hace trece años que trabajo en la Secretaría, no cobro sueldo y vivo de mi jubilación, estuve presa, me torturaron y mis hijos están desaparecidos; no tengo nada que ocultar”, explicó la funcionaria al portal Infocielo.

En cuanto a un posible ataque de sectores afines al gobierno nacional, dijo: "Hacía mì no creo, porque no soy el personaje que se debería atacar, ni creo que la presidenta se ocupe de mi". Sin embargo, aseguró que "sí, sobre mi nieto (Fernando Cano), porque cortó con los negociados y ahora el presupuesto se utiliza para el bien de la Secretaria".

Cano es el funcionario apuntado por los empleados de la Secretaria de Derechos Humanos por los incidentes ocurridos el pasado viernes con un grupo de patovicas.

“Hay un solo golpeado y ya hablé con el chico, que es hijo de desaparecidos”, detalló Cobacho, al tiempo que expresó sentirse “afectada” por la situación: “Me roza el tema porque caen sobre mí varias sospechas”.

Sin embargo, la suegra del diputado provincial Alfredo Antonuccio, oriundo de Merlo, negó una eventual renuncia al cargo al aseverar que “tengo un deber moral y compromisos asumidos, sobre todo con los juicios, porque ahí están los asesinos de mis hijos y mis nietos”.

Además, atribuyó las denuncias en su contra al “dolor” de trabajadores a quienes “se le cerraron los ‘kioscos’ que había en la Secretaría”.

Por último, aseguró que recibió apoyo del ejecutivo provincial aunque no quiso mencionar quien se comunicó con ella “no fue el gobernador Daniel Scioli”.