Juventud y política otra vez se acercan

miércoles, 13 de octubre de 2010

Por Ignacio Ramírez *

Resulta muy razonable atribuirle a la agenda kirchnerista un efecto politizador y movilizador que ha contagiado a una porción importante de jóvenes, simpaticen o no con el gobierno nacional.

La relación del concepto de juventud con la política ha recorrido un camino torcido por violentas curvas. Esquematizando, en los ’70 juventud, política y militancia fueron sinónimos. Poco, poquísimo tiempo después, en los ’90, la idea de juventud fue confundida con apatía, el individualismo y el desinterés político. En la puerta de salida de esta década, parecería más difícil aplicar esquemas tan rotundos. Sobre el tema hay en marcha un debate, uno de cuyos escenarios vienen siendo los artículos de un joven, José Natanson. Los estímulos fueron la toma de colegios y el acto en el Luna Park de tendencia kirchnerista.

Las encuestas no son ni la única ni la mejor aproximación al tema, pero sí constituyen una buena ubicación para mirar con perspectiva el asunto. La edad de una persona indica dos cosas, el punto en un ciclo vital en una biografía y un momento de la historia. ¿Los jóvenes que se volcaron en masa a la militancia en los ’70 lo hicieron empujados por su condición de jóvenes o por la influencia envolvente de una época tan politizada? No es fácil identificar el peso relativo de cada uno de estos dos factores escondidos debajo de la edad de una persona. Formulada la advertencia, nos podemos arrimar a los principales resultados de esta encuesta de 1000 casos realizada en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

POLÍTICA SUB-30

Si bien los jóvenes de entre 18 y 33 años no se muestran específicamente más politizados que el resto de la sociedad, mucho menos cabe señalarlos como portadores de un especial desinterés político. Dejando de lado a sus padres, previsiblemente más politizados, resulta interesante comparar a los jóvenes con sus hermanos mayores (34-49 años).

Si bien las diferencias no son enormes, son siempre los hermanos menores quienes se muestran más interesados y quienes lucen en mayor proporción una representación positiva sobre la política, articulada alrededor de las ideas de interés, compromiso y entusiasmo. Asimismo, entre los menores de 34 años existe una extendida vocación de militancia informal. Nos referimos a que el 60% de ellos intenta convencer a sus conocidos sobre sus puntos de vista y opiniones políticas.

LA COMUNIDAD (DES)ORGANIZADA

La encuesta fue diseñada para conocer los niveles de pertenencia de los encuestados a un conjunto de organizaciones colectivas: partidos y agrupaciones políticas, asociaciones religiosas, de Derechos Humanos, sindicatos y grupos culturales. Al mirar lo que ocurre entre los jóvenes (18-33 años), se destaca un dato, prácticamente uno de cada dos jóvenes no pertenece a ninguna de estos ámbitos de acciones colectivas institucionalizadas. La comparación no deja duda acerca de su menor propensión a enrolarse en estas organizaciones.

PERONISMO Y RADICALISMO

Al poner en juego tres elementos, edad, nivel educativo e identificaciones con las dos tradiciones políticas protagonistas de la democracia argentina, surge el siguiente panorama. En todos los segmentos educativos, la identificación con el radicalismo de los jóvenes se desploma a niveles cercanos con la desaparición de tal pertenencia. Un escaso 5% de jóvenes se declara radical, en marcado contraste con el 18% de los mayores de 50 años. El nivel educativo no acelera ni retrasa esta caída. Al revisar la situación del peronismo, la tendencia es más compleja: en primer lugar, los jóvenes de entre 18 y 33 años no estarían reduciendo el peronismo a su mínima expresión, tal como hacen con el radicalismo. En este grupo de entre 18 y 33 años, la proporción de peronistas es muy parecida a la del conjunto de la población, tibiamente inferior.

Algunos matices: los jóvenes de niveles educativos más bajos representan el único sector en el que sus simpatías peronistas pierden tamaño con relación al conjunto del segmento educativo al que pertenecen. Por su parte, los jóvenes de niveles educativos medios y altos, lucen un volumen de peronismo similar, o inclusive levemente superior, al promedio de peronismo de tales sectores educativos. Al dejar de lado la edad se corrobora, naturalmente, la conocida relación que existe entre la identificación peronista y el nivel educativo: a medida que ascendemos en la pirámide, esta simpatía se va encogiendo.

DOS IDEAS FINALES

1. La imagen de jóvenes desinteresados en política y anémicos a la hora de expresar sus puntos de vista no guarda ninguna relación con la realidad. Ahora bien, son los jóvenes quienes más eluden aquellas organizaciones que tradicionalmente han articulado la acción colectiva. Siendo manifiesto el interés de los jóvenes, les corresponde a los partidos políticos la tarea de renovar y modernizar la oferta de los canales participativos haciéndolos más compatibles con los tiempos actuales.

2. Este estudio nos ha permitido respaldar empíricamente la idea de una cierta repolitización de los jóvenes. Sin embargo, sigue en pie la pregunta inicial sobre el doble carácter de la edad. ¿Es la edad la que intrínsecamente los hace interesarse o más bien el ambiente de época? Quedará para un próximo estudio la posibilidad de aportar una respuesta solvente. Pero al leer los resultados de este trabajo a la luz de nuestro contexto político, resulta muy razonable atribuirle a la agenda kirchnerista un efecto politizador y movilizador que ha contagiado a una porción importante de jóvenes, simpaticen o no con el gobierno nacional.


* Sociólogo - Nota de Tiempo Argentino sobre encuesta de Ibarómetro.

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