Televisión 2.0: A caballo del control remoto

martes, 5 de octubre de 2010

Por Néstor Valazza*

La llegada de la televisión digital abierta, con sus alcances y potencialidades, configura una nueva perspectiva tecnológica que, sin lugar a dudas, contribuirá a sacudir la modorra de los televidentes.

Entre otras cosas, el sistema permitirá disfrutar imágenes en alta definición y ver televisión en computadoras, celulares y otros dispositivos móviles. En poco tiempo, cuando la cobertura de las antenas se extienda a distintas ciudades, será posible, por ejemplo, mirar un programa en vivo mientras se viaja en colectivo, asistir a la televisación de un partido de fútbol a la sombra de un árbol, en medio de la plaza, o ver un documental desde la comodidad de un piletín, en el patio de la casa.

En síntesis, la nueva televisión contará con movilidad y mayor calidad de imagen, y al tratarse de un sistema abierto, cuya puesta en marcha corre a través del fomento del Estado, tendrá la capacidad de expandirse más allá de las limitaciones que suele establecer el bolsillo de los usuarios. Con la antena, el decodificador digital y el televisor se podrá acceder a las señales que estén disponibles sin necesidad de pagar ningún tipo de tarifa por el servicio.

Ahora bien, esa televisión digitalizada, gratuita y omnipresente esconde otra característica innovadora: la interacción. De aquí en más, sobre todo cuando comiencen a desarrollarse contenidos digitales específicos, el control remoto dejará de ser un aparatito para cambiar canales y se convertirá en el motor de múltiples utilidades.

La interacción transformará el papel del televidente, que tomará verdadera posesión del control remoto del decodificador para “navegar” los contenidos que, a modo de hipertexto, se irán sumando en forma paulatina a la programación habitual que proponen las emisoras televisivas.

De esta forma, mientras el televidente, por ejemplo, mira un documental, podrá ampliar la información audiovisual con textos, animaciones, juegos, etc., que sean vehiculizados por los productores del programa o canal. O cuando disfrute de un encuentro de fútbol, tendrá la posibilidad de complementarlo con diferentes estadísticas referidas al desarrollo del partido, o a detalles del campeonato. Algo similar ocurrirá con informativos, programas infantiles, educativos, culturales, etc.

Al mismo tiempo, organismos, empresas, instituciones o entes estatales podrán aprovechar estas potencialidades digitales para armar aplicaciones informativas de interés público, que serán consultadas desde la propia televisión, pero sin necesidad de esperar la hora del noticiero u otros programas específicos. De ahí que no sea extraño pensar que, en un futuro cercano, para conocer la ubicación de las farmacias de turno, el horario del transporte público, la fecha de vencimiento de impuestos y servicios, los resultados de la lotería, el pronóstico del tiempo, etc., la gente recurra directamente al televisor y encuentre esos datos en forma de cuadros, textos, etc., como si hiciera una navegación en la web.

A esta posibilidad de interacción parcial, los decodificadores digitales sumarán un canal de retorno, que permitirá un ida y vuelta pleno entre los televidentes y las emisoras. Es decir que, por ejemplo, quienes posean una conexión a internet, podrán acoplarla al decodificador y, a través de la televisión, tendrán acceso a contenidos interactivos especiales. Esto significa que, de aquí a un tiempo, dependiendo de la expansión del servicio, las posibilidades de conectividad digital de los usuarios y los contenidos innovadores que se vayan desarrollando será posible para el televidente participar de votaciones en programas en vivo, emitir opiniones, responder encuestas, etc., todo a través del control remoto.

Este esquema digital tendrá un fuerte impacto social, sobre todo si se piensa en la capacidad de desarrollo que podrían adquirir ciertas herramientas educativas, a partir de la masiva aceptación que posee la televisión. Paralelamente, y además de su potencial en términos de formación y cultura, el canal de retorno de los decodificadores digitales también permitirá en un futuro hacer compras, pagar cuentas y realizar operaciones bancarias desde el televisor.

La perspectiva digital abre las puertas a una suerte de fusión de pantallas que borrará los límites entre computadoras, celulares y televisión. De aquí en más los canales de tv estarán presentes en una notebook o un teléfono móvil y, a la vez, con una conectividad adecuada, los decodificadores permitirán “navegar” por la televisión como si se estuviese frente a una computadora.

Control remoto en mano, la televisión del futuro está llegando. Queda por ver si, más allá de su carácter de abierta y gratuita, esta revolución tecnológica consigue materializarse en términos de inclusión social. El desafío es que pueda transformase en una herramienta que contribuya a igualar oportunidades y quiebre la brecha digital que hoy se abre entre quienes tienen medios para conectarse, y quienes no.

*Periodista - Especialista en nuevos medios - Nota publicada el 03/10/10 por el diario Diagonales

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