Por Carlos Castagneto*
La consagración del binomio Cristina Kirchner-Amado Boudou como los candidatos del Movimiento Nacional termina con las especulaciones del tipo"ella finalmente no se presentará", pero abre fundamentalmente, certidumbres, orientaciones y estilos que marcarán las acciones del próximo gobierno de los argentinos.
En primer lugar, la ratificación de un modelo de transformación económico, social y cultural que le ha cambiado el rostro a la Nación, le ha devuelto la autoestima a su Pueblo, y reparado la fe que había perdido.
En ese marco, la elección de Boudou por parte de la presidenta le garantiza la cuota de lealtad y compromiso indispensables para afrontar la etapa de consolidación del modelo en desarrollo, alejando los riesgos de una vicepresidencia vacante como la que tuvo que afrontar con Julio Cobos durante mas de tres años.
Un hombre que ha explicitado una concepción esencialmente política de la economía ("Entendí que la ciencia económica es una ideología mas que una ciencia, y que la teoría deja de lado las relaciones de poder y eso sirve para mantener el statu quo"), y que lo ha mostrado en su práctica ministerial , aparecieron como pergaminos necesarios para la determinación de la doctora Kirchner.El lenguaje de transmisión comunicacional de Boudou -y que se comprobó demoledor en el debate en el Senado con el radical Gerardo Morales a comienzos de 2010 sobre el uso de las reservas del Banco Central- mostró a un economista alejado de tecnocratismos propios de la ortodoxia y emparentado fuertemente con la didáctica popular de decir fácil lo difícil, sin perder rigor técnico.
Cristina reivindicó además dos cuestiones que aparecieron centrales en la nominación de Boudou para que la acompañara: la clara determinación de enfrentar a las corporaciones y la propia voluntad presidencial de ser "un puente entre generaciones" para renovar gradualmente a los cuadros de gobierno.
La forma y los contenidos en la presentación de la fórmula presidencial revela además, que el tercer período kirchnerista en el poder trascienden el de una voluntad para terminar de salir de la inédita crisis de 2001, sino la de solidificar un proyecto estratégico en los años por venir.
Verticalizar las decisiones de este tipo tienden a equilibrar el juego de las inmensas fuerzas sociales y políticas que tributan al modelo, y sobre todo a garantizar coherencia y lealtad para afrontar la próxima gobernabilidad.
Lo que está en juego es la Argentina, que está por encima de los intereses corporativos o sectoriales.
Una Argentina que en los últimos 62 años tuvo un crecimiento promedio del 2,7 % anual y que en el período 2003-2010 lo hizo en un promedio del 7,1% con industrialización, empleo y equidad, atravesando una fenomenal crisis mundial.
Alcanzar el objetivo de pobreza cero en la próxima etapa requiere perseverar en el esfuerzo, y una firmeza y una autoridad acorde con semejante desafío que cristina ha demostrado que la va a llevar a cabo.
*Carlos Castagneto - Viceministro de Desarrollo Social de la Nación
Una fórmula para la victoria
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1 comentarios:
Este inutil ni siquiera pudo armar el partido Kolina en la Provincia y ahora quiere dar catedràs de que???? sos un mamarracho Castagneto, en breve Berni te saca a patadas en el traste. Vas a terminar en una celda con el bandido de MARTINELI.
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