Bonelli: "Total... De acá a que Kirchner sea presidente..."

jueves, 27 de octubre de 2011

Por Diego Ursini (27-10-2010)*

Néstor, mi buen amigo... Esta campaña volveremo´ a estar contigo...

No hay que empezar los textos con un "Y" o con un "No". Viejos recuerdos que vienen a mi memoria. Recuerdos de mi vieja, ex maestra, que hoy me llamó, anti K consternada, para decirme que también había hablado con mi hermana. Los dos estábamos llorando. Fue mi vieja quien le transmitió la noticia a mi papá, que lo bancaba, y esta mañana no lo podía creer.

Había hablado de Néstor Kirchner. Habló del tipo que me devolvió a mí y a muchos otros las ganas de cambiar algo. De ponerle garra y corazón. De hacer mío un proyecto. De compartirlo con otros y decir que es "nuestro". De que se nos vaya la vida en ello. Un proyecto de país.

Ha sido Kirchner el que sembró esta inquietud. La sembró, la regó, la hizo creer. Iluminó todo lo que brotó de esa inquietud inexperta que teníamos tantos. Y se le fue la vida en ello. Su partida me deja, paradoja, (qué egoísta que soy) muchas reflexiones sobre mí mismo, pero también sobre los argentinos.

Me definí "kirchnerista" desde su campaña presidencial. Con esa definición hice mío más que un nombre, más que un apellido. Hice mío un modelo de enfrentar la realidad y hacer trastabillar las verdades constituídas, las oficiales. Incluso, los postulados peronistas que otros bastardearon.

¿Y por qué antes kirchnerista que peronista? Porque al peronismo lo usaron para desguazar al país en los noventa, y sin Kirchner hubiera sido muy difícil encontrar de nuevo el rumbo. La reinterpretación que Néstor hizo del peronismo es la que me contiene, la que me implica en la defensa de producción y el trabajo, de los derechos humanos, y del Estado como base de toda construcción en el país.

"Pingüino, pingüino corazón! Acá tenés los pibes para la liberación!". Eso despertó Néstor en nosotros. En mí, también: otro pingüino que vino a estos lugares desde el sur. Compartimos eso: el sur, la Patagonia. Y me honra ser patagónico, kirchnerista, peronista, pingüino. Eso me ha dejado: venir de un lugar duro a cambiar la realidad de todos.

Pero no sólo eso. Lo decía hoy Alex Freyre en su Twitter: "Tengo un padre menos, un hombre q firmó nuestra libertad, nuestra ciudadania, nuestra alegria. Habia tanto para decirte, gracias y te quiero". Resume lo que pienso, lo que siento, mientras vomito dolor y bronca en estas palabras. Te vas pero me dejaste tu voto en el Congreso. No lo vamos a olvidar.

Tanto más no olvidaremos. Lo recuerdo en campaña en el acto de Dolores, mítico, en 2001, previo al desastre. Lo vi por Crónica en vivo. 2002 me encontró trabajando en un lugar central de Grupo Clarín: Radio Mitre. Para la campaña presidencial, me tocó producir las entrevistas de Marcelo Bonelli a economistas de los candidatos, potenciales ministros de economía. Hablé, habló, hablamos con todos: el huidizo Lo Vuolo, de Carrió; Ávila, Rojo, Solanet, de Menem; Alan Clutterbuck, de Patricia Bullrich.

Cuando me tocó llamar a Santa Cruz, para contactar al gobernador, y que nos indique su futuro ministro, su secretaria, después de varios diálogos con ella, me afirmó: "Dijo el gobernador (Kirchner) que le digas a Bonelli, así me dijo, eh, que le digas a Bonelli, que si quiere hablar con su ministro de Economía va a tener que hablar con él. Y si no quiere hablar con él, que él va a pensar si le dice con quién".

Sentí el trabajo frustrado. Fui a contarle a Bonelli y me respondió: "No te preocupez máz, no lo busquez máz. Total, de acá a que Kirchner zea prezidente..."

Y acá estamos. Y fue más que presidente. Claro que lo fue. Es más.

Por eso, por Néstor, soy kirchnerista.

Y Néstor... Néstor vive, carajo. Vive.


* Por Diego Ursini - El arte de lo posible - 27-10-2010

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