Por Alfredo J.R. Ricciardi Aldasoro *
Tarde o temprano; año más, año menos, van a tener que reabrir el turno noche del Colegio Nacional para que los adultos trabajadores vuelvan a estudiar en él. Y cuando eso ocurra, no será porque lo haya pedido un puñado de viejos nostalgiosos. Ocurrirá por su obviedad.
¿Como puede ser que, para las actuales autoridades universitarias, no tenga ninguna trascendencia que el bachillerato nocturno del Colegio Nacional haya sido un genuino aporte de la Universidad a la cultura de la Ciudad de La Plata, para que cumpliera su función social –a fines de la década del 40- durante la recuperación democrática del primer gobierno de Perón?. ¿Como puede ser que no le asignen significación a que, 25 años después -en otra recuperación democrática- durante el tercer gobierno de Perón, el Colegio Nacional “per se” creara un insuperable plan de bachillerato acelerado en tres años para adultos trabajadores?. Un plan pergeñado por un puñado de profesores del turno nocturno entre los que se encontraban Kristiansen y Torrijo Fuertes y que hoy es el antecedente obligado de cuanto bachillerato acelerado funciona en el País.
El silencioso cierre del turno nocturno luego de acaecida la noche de los lapices hizo caer el plan cuya creación (Expediente 1300-1223-1975) lo definió en estos términos “… con esta iniciativa que tiene un solo destinatario: el adulto que trabaja, el Colegio Nacional vuelve a cumplir la función social que se propusiera cuando la Universidad cumplió la iniciativa de crear el Bachillerato nocturno en la ciudad de La Plata”.
Por el mero transcurso del tiempo y sin respaldo normativo alguno, desde la noche de los lápices hasta nuestros días, se ha excluido de las aulas del Colegio a todo trabajador que quiera progresar por medio de la educación. Cronos mediante se barrió con la categoría de “alumno adulto trabajador” y permitió que se llegara a la incomprensible y discriminatoria situación actual en que el sistema de pregrado de la Universidad Nacional de La Plata ha quedado reservado en exclusividad para niños y adolescentes.
Cómo se entiende que por un lado se excluya a los adultos y a los trabajadores de la posibilidad de recibir educación y por el otro se hable hasta la saciedad de un Colegio democrático, inclusivo y permeable a la situación socioeducativa, integrante de una Universidad gratuita, inclusiva y fundamentalmente comprometida con el pueblo.
Justamente porque se cae de maduro, es que muy pronto el turno noche volverá a encender sus luces y a seguir cumpliendo la función social de educar a cualquier adulto trabajador de la región que quiera superarse estudiando.
* Alfredo J.R. Ricciardi Aldasoro - Grupo RETURNO (“reapertura del turno nocturno del Colegio Nacional de La Plata”) - Bachilleres 1961
Van a tener que reabrirlo
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