El voto femenino en el Peronismo

jueves, 23 de septiembre de 2010

Por Claudia Prince

Juan Domingo Perón, al inaugurar el 3 de octubre de 1944 la División del Trabajo y Asistencia de la Mujer, afirmó que “dignificar moral y materialmente a la mujer equivale a vigorizar la familia. Vigorizar la familia es fortalecer la Nación, puesto que ella es su propia célula. Para imponer el verdadero orden social, ha de comenzarse por esa célula constitutiva, base cristiana y racional de toda agrupación humana”.

Posteriormente, Perón sostendrá en la reunión Pro Sufragio Femenino del 26 de julio de 1945 en la Cámara de Diputados que “soy un convencido de la necesidad de otorgar a la mujer los derechos políticos y apoyo con toda la fuerza de mi convicción el propósito de hacer esto una realidad argentina. Es necesario dar a nuestra Constitución su plena aplicación dentro de las formas democráticas que practicamos y debemos una reparación a esa Constitución, mutilada en lo que se refiere a la mujer”.

Fue entonces cuando se formó la Comisión Pro Sufragio Femenino, que elevó un petitorio al gobierno de la Revolución del 4 de junio de1943 solicitando el cumplimiento de las Actas de Chapultepec, por las cuales los países firmantes que aún no habían otorgado el voto a la mujer se comprometían a hacerlo.

Los sucesos de octubre del ´45 pospusieron el tema. La campaña electoral de 1946 puso en evidencia que, aun sin derechos políticos, la mujer había ingresado en la política argentina.

Una vez en la presidencia, Perón volvió sobre la cuestión del sufragio femenino. Lo hizo en su Primer Mensaje al Congreso, el 26 de julio de 1946, y en el Plan Quinquenal. En este marco, Eva emprende la campaña. Lo hará desde distintos lugares: con los legisladores, con las delegaciones que la visitan, con las mujeres nucleadas en los centros cívicos, a través de la radio y de la prensa.

El 21 de agosto de 1946 el Senado aprobó el proyecto de ley que otorgó el voto a la mujer. En septiembre de ese mismo año, Evita acordó la acción común encaminada a la conquista del derecho al voto con las presidentas de numerosas entidades femeninas peronistas; el 17 de enero de 1947, al recibir la visita de una delegación de maestras rosarinas, les expresó: “Estoy bregando por el voto de la mujer y no cejaré en mi lucha hasta conseguir que ello sea una realidad.” (Diario Democracia, 18 de enero de 1947).

El mensaje de Evita iba dirigido a un conglomerado femenino extenso que se instala en las mujeres y éstas pasan a desempeñar un papel activo: se realizan reuniones, se publican manifiestos, grupos de obreras salen por las calles a pegar carteles en que reclaman la ley. Centros e instituciones femeninas emiten declaraciones de adhesión. Se organizó una gran concentración de mujeres para el 3 de septiembre de 1947, fecha en que debía debatirse la ley en la Cámara de Diputados. El debate se postergó. La concentración se repite el día 9. Eva, que no pudo asistir el 3, el 9 está en el recinto. Afuera, una multitud la aclama.

El 23 de septiembre, en medio de un gigantesco acto cívico en Plaza de Mayo, se promulgó la ley 13010. Con la nueva ley se realizaron las elecciones del 11 de noviembre de 1951.Las mujeres argentinas eligieron por primera vez presidente. Votaron 3.816.654 mujeres. El 63,9% lo hizo por el Partido Peronista, el 30,8% por la Unión Cívica Radical. A su vez, el Partido Peronista fue el único de los dos que llevó mujeres en sus listas. En 1952 asumieron 23 diputadas y 6 senadoras a sus bancas.

Participar en los actos electorales y lograr presencia femenina en las representaciones políticas son parte de una estrategia que debe ser integral e integrada a otras acciones, que desplegada desde esta visión, nos permitan alcanzar la plena igualdad jurídica, social, económica, política y cultural. Todas ellas entrelazadas, como causa y efecto, entre unas y otras y al mismo tiempo.

Resulta necesario sumar esfuerzos que nos garanticen integrar las cámaras en paridad para aumentar nuestro protagonismo político. El cupo femenino nos garantiza un piso del 30% de presencia en las legislaturas, en los Concejos Deliberantes y el acceso de este modo, a un espacio colegiado de decisión. Es necesario alcanzar la igualdad de trato y oportunidades, somos más del 50 % de la población. Vamos por la representación equitativa, queremos la Ley de paridad.

* Claudia Prince - Diputada provincial FpV-PJ

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