Nos niegan un proyecto

viernes, 15 de julio de 2011

*Por Gastón Crespo

Hoy no arden palimpsestos ni códices, en la hoguera arde una ciudad, el lugar donde vivimos, donde transcurrirá nuestra vida y la de nuestros hijos, y sus hijos y así hasta el final de los días.

Toda nuestra memoria colectiva, lo que somos, está escrito en un gran libro colectivo que es la ciudad. Si las obras significativas se borran, se borra la memoria, y cualquier lugar es igual a otro, hasta que no nosotros sino nuestros hijos, no encuentren un lugar en el mundo. La vida individual es simple y requiere de la memoria y amor para desarrollarse con felicidad. Sin memoria todo se complica y el camino es la angustia y el abandono, los traumas y la violencia. En la ciudad lo individual esta multiplicado por todos.

La historia siempre se repite. Hoy han entrado los hunos, no en la biblioteca de Borges, sino en el universo de todos que es nuestra ciudad, la única. Un coctel de ambición, ignorancia y miedo, hermana a los barbaros de antaño con la banda que nos gobierna, sólo diferenciados por el Dios al que adoran, mientras que aquellos seguían al de la guerra, estos (los del presente) adoran a uno más banal: el dinero.

No hay que esperar nada de estos barbaros modernos, tan pertinaces en el error, solo lo que es fruto de su torpeza. Lo imperdonable para toda sociedad es considerar estos rateros de la historia como poderosos cuando sólo son caricaturas mediocres del destino. Gusanos de mentes turbias y reacciones pasivas, que llegan a la corrupción porque otros lo hacen, pero un día se encuentran que no los necesitan más y se quedan solos.

Hoy el tiempo nos pone como espectadores de la destrucción del poco patrimonio en pie que dejaron aquellos barbaros de borcegos y ropa de fajina (que por alguna oscura razón derrumbaron y quizás por las mismas estos continúan con el mandato). Destruyen la memoria para cederle unos pisos a un capitalismo de amigos. Nos niegan un proyecto de ciudad porque haría a La Plata más humana y democrática.

No debemos resignarnos a creer que no hay salida, que las cosas no cambian, que estamos condenados a la improvisación y al dislate. Es cierto que Argentina, Buenos Aires y La Plata, están desaprovechando un momento histórico, pero debemos hacer que el tren vuelva. Quizás aún es tiempo de subirnos y lograr el futuro que nos merecemos como gente de bien.

“Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los quemaron, acaso temerosos de que las letras encubrieran blasfemias contra su dios que era una cimitarra de hierro” de los teólogos. El Aleph. J.L.Borges

*Gastón Crespo - Concejal del GEN La Plata

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