Malvinas: ¿El acento en el hecho bélico?

lunes, 2 de abril de 2012

Por Oscar Negrelli *

En estos días de conmemoración del treinta aniversario del inicio de la guerra de Malvinas no puedo ocultar mi sincero desconcierto con el cariz que han tomado ciertos homenajes para recordar aquellos acontecimientos.

Y esto tiene que ver con la contradicción que creo, humildemente manifestada, existe entre la afirmación acerca de que la guerra fue un retroceso en la persecución del objetivo de recuperar la soberanía den las islas ,que vale recordar diplomáticamente venía obteniendo grandes e importantes logros, y el recuerdo de la guerra poniendo el énfasis en el hecho bélico en sí mismo.

¿Cuál es el sentido de un monumento que refiera a Malvinas instalando en algún espacio público del país un avión mirage, o una exhibición de tanques y armamentos de aquella época o lo que es peor un gigantesco emplazamiento en un distrito de la costa atlántica bonaerense que refiere a la guerra con la rúbrica de los escudos de las tres fuerzas armadas? A la vista de cualquier observador que no sea debidamente contextualizado, evidentemente se verá recordado y hasta reivindicado el hecho bélico en si, salvo que existan quienes piensen que justamente este tipo de recordaciones permite disparar la explicaciones sobre la decisión adoptada por un gobierno ilegítimo y asesino que para intentar sostenerse en el poder apelo a la manipulación del sentimiento más profundo de los argentinos, mandando como carne de cañon a los mismos jóvenes que antes perseguía por dicha condición como soldados por haber sido conscriptos el año anterior al conflicto, convirtiéndolos en doble victimas de sus canallescas voluntades. A tal punto ese sentimiento estaba tan arraigado que en un lapso de dos días la plaza de mayo se lleno para repudiar al gobierno de facto, concentración que fue reprimida con el saldo de un trabajador muerto, y luego se vio colmada para apoyar la toma militar de las islas con el dictador en el balcón, creyéndose receptor de dichos vitores, y todo protagonizado por la misma sociedad..

Estoy absolutamente convencido que este tipo de monumentos y de exhibiciones son un gravísimo error que termina reivindicando el hecho bélico en sí, el cual debe ser necesariamente cuestionado y enmarcado en la falta de legitimidad que poseen las medidas tomadas por un gobierno de facto para seguir avanzando en el campo de la diplomacia internacional en pos del objetivo irrenunciable que las Malvinas son Argentinas y por lo tanto debe cesar la ocupación colonial del Reino Unido.

Esta conmemoración, entonces, solo debe perseguir dos fines: por un lado reivindicar la inquebrantable voluntad del pueblo argentino de recuperar las Islas y por el otro rendir el máximo tributo a los únicos héroes de la Argentina moderna, los ex conscriptos ex combatientes para quienes el homenaje debe llevarles la seguridad de que no arriesgaron su vida en vano, porque nunca se abandonará la lucha por Malvinas y un Estado que les reconozca la dimensión de héroes dotándolos a ellos y a sus familiares, en el caso de los caídos durante y post-conflicto, de las condiciones de vida que les otorgue merecidamente la mejor calidad de vida posible a la que puede aspirar un habitante de este suelo patrio. Nuestro reconocimiento también debe alcanzar a las familias de los miembros de las fuerzas muertos en combate, ya que para nosotros, a diferencia de la dictadura militar genocida, toda vida humana es un valor en sí misma.

* Oscar Negrelli - Diputado provincia de Bs As - Coalición Cívica

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